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“Amén: Francisco responde” es un documental producido para la plataforma Start Plus en el que el sumo pontífice se encuentra con algunos jóvenes y abren el debate sobre cuestiones sociales. Fue estrenado a principios de este mes y las respuestas del papa causaron muchas repercusiones.
Diez jóvenes de entre 20 y 25 años y de distintos países se reunieron con el Papa Francisco y los temas por los que fue consultado fueron: el aborto, la comunidad LGBTIQ+, la inmigración, los abusos sexuales, entre otros.
No es la primera vez que el máximo líder espiritual de la Iglesia Católica responde. Sin embargo, el clima que se generó y la manera en que se abordó el encuentro con los jóvenes marcaron una trascendencia que nunca antes se había visto.
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La producción del documental estuvo a cargo de Jordi Évole y Márius Sánchez, quienes aseguraron que este trabajo fue “una oportunidad única de juntar dos mundo que normalmente no se tocan, de hacer dialogar a una de las personas más influyentes del mundo con un grupo de jóvenes cuyas vidas chocan con los postulados de la Iglesia”.
Remarcaron además, “el acto de generosidad, tanto por parte del papa como por parte de los 10 jóvenes”.
Sobre las preguntas
El papa fue consultado sobre la identidad de las personas no binarias. La pregunta realizada por Celia Fernández estuvo orientada a si ve un espacio en la iglesia para las personas del colectivo LGBT. El pontífice aseguró que “toda persona es hijo de Dios. Dios no rechaza a nadie. Dios es padre, y no tengo derecho de echar a nadie de la Iglesia. La Iglesia no le puede cerrar las puertas a nadie”.
Por otra parte, uno de los momentos más duros se dio cuando un joven, Juan Catrecasas, le consultó sobre los abusos sexuales dentro de la iglesia. Relató su experiencia como víctima de esta situación y hasta le entregó una carta que el papa le había escrito cuando él llevó adelante las denuncias ante la justicia.
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Ante esto el papa sostuvo que “estos casos de abusos con menores no prescriben. Y si por los años prescriben, yo levante la prescripción automáticamente”, dijo. El papa llamó a investigar lo ocurrido, después de que en el 2015 la Congregación para la Doctrina de la Fe sentenció que se reestablezca el buen nombre de José María Martínez, el numerario del Opus Dei acusado y sentenciado por abuso sexual.
Francisco dijo sentirse dolido ante la “sentencia fofa”. Además señaló que la iglesia es ejemplo de lucha contra los abusos, pero “cuando grupos de la iglesia son corruptos como los que torturaron a este chico, ahí es más difícil”, aseguró.
La única voz argentina
Algunos fragmentos de la charla circularon y rápidamente se virilizaron a través de las redes sociales. Ante esto, emergieron miles de comentarios en los que se valoró la actitud del sumo pontífice de responder. La mayoría de los comentarios fueron más allá del “a favor”/ “en contra” de los argumentos y se focalizaron en la actitud de autocrítica.
“La coherencia es lo que más nos cuesta a los cristianos”, es una de las frases que utiliza Francisco para describir la actualidad de la Iglesia. Así mismo, Milagros Acosta, la única argentina que participó del documental aseguró que: “sentí una cercanía hermosa”.
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La joven es profesora de nivel inicial, es catequista e integrante de la organización Católicas por el Derecho a Decidir. A través de esta organización fue que la producción dio con la joven, después de quedar seleccionada entre otras 16. En la figura de Acosta convergen dos aspectos que parecen totalmente opuestos: la práctica católica y el apoyo a la interrupción voluntaria del embarazo.
Sin embargo, la joven aseguró a Télam que “la figura del papa va por el mismo lado de lo que yo creo de la inclusión, de las problemáticas sociales actuales como es la esclavitud moderna, por ejemplo”, dijo.
El film tiene una duración de ochenta minutos, pero la joven destacó las actitudes de Francisco desde el detrás de escena. “Nos convidó caramelos, era como un abuelo que quería calmar a sus nietos”, relató. La joven le hizo entrega del icónico pañuelo verde, símbolo de la lucha por el aborto. “Representa lo que ha significado para mí el proceso de reconocerme como feminista. Ha sido una emoción personal y colectiva”, agregó Acosta.
