Vicente Gabier Rúiz es responsable del Área de Salud Colectiva Territorial de LDS, es médico y candidato a Senador Provincial. Hizo una breve recorrida por su militancia política, detalló algunos de los proyectos de ley que piensa impulsar en caso de ser electo y señaló al acceso a la alimentación y a la salud como las necesidades que deben abordarse con urgencia.
¿Cómo surgió su interés por la militancia?
-Empecé a militar cuando tenía 15 años, en mi pueblo Itá Ibaté. En el año 82 hubo una creciente muy importante en todo el litoral argentino, había muchas lluvias e inundaciones. Tenía un amigo que vivía sobre la costa del Paraná, lamentablemente su casa se desbarrancó y murió él con toda su familia. Eso nos golpeó muchísimo a mí y a un grupo de compañeros de la secundaria, entonces formamos una especie de comisión de ayuda solidaria para asistir a esas familias que no tenían donde alojarse porque el agua prácticamente los desplazaba. Así comienza mi militancia social.
¿Interrumpió su militancia en algún momento?
-Vine a Corrientes en el 87 e ingresé a la Facultad de Medicina en el 88. Al comienzo me dediqué exclusivamente a estudiar y a conocer el ambiente, era un mundo nuevo para mí. Después, empecé a interiorizarme en la política y a militar también en la facultad, en la agrupación estudiantil, hasta que en el 99, cuando se produce el “Correntinazo” participé de las movilizaciones como autoconvocado. En el transcurso de esa lucha conocí a Gabriel Romero, nuestro presidente de LDS, y a partir de ahí iniciamos una relación, yo todavía no militaba en el partido, pero tenía referencias. Luego, en 2001, en plena crisis nacional, tuve que ir a vivir al barrio La Olla con mi familia, hice mi rancho y un día veo a estos compañeros que estuvieron conmigo en el 99, recorriendo mi barrio, y ahí decidí militar con ellos. Hace más de 20 años ya.
Dejó la carrera de medicina durante mucho tiempo ¿Siempre tuvo claro que iba a ser médico, o en algún momento dio por perdido ese objetivo?
-Justamente en el 99, en plena crisis política en la provincia, estaba cursando el último año. Por razones laborales fui abandonando de a poco la carrera y me quedaron cinco materias por aprobar. En 2011 intenté continuar, pero nuevamente por razones económicas tuve que ir dejando, hasta que recién en 2019 logré terminar la carrera. Siempre tuve el objetivo de recibirme y sabía que en algún momento iba a poder dedicarme a la medicina, siempre fue ese mi horizonte, pero las circunstancias de la vida y por mi situación económica tuve que apartarme y dedicarme a lo material, a conseguir lo necesario para poder vivir.
¿Cree que su profesión puede aportarle algo particular a su carrera política?
- Sí, por supuesto que sí. Es más, el médico tiene una visión muy distinta a otro actor político, la medicina es una ciencia biopsicológica y social, abarca los tres aspectos del ser humano, entonces un médico está muy preparado, tiene otra sensibilidad con respecto a las personas, y la política se trata de relaciones humanas. Por ejemplo, una persona que no tiene ingresos económicos, que no tiene trabajo de calidad, que vive de changas, va a tener una alimentación deficiente, también se afecta el acceso a la vivienda, a su vestimenta, a su educación, y todos esos son factores que determinan su estado de salud. Habitar una vivienda precaria, sin cloacas, sin agua potable, determina diferentes enfermedades. Pero esa parte de la situación social del ser humano el médico asistencial no lo puede solucionar, y ahí entra la política, que es solucionar esos problemas sociales y económicos para darle una buena salud a la ciudadanía.

Durante los encuentros de formación en salud comunitaria, que Ruíz articuló con el ISEPCi con el objeto de formar promotores de salud en los barrios correntinos.
Entre sus propuestas está la creación de una Defensoría del Paciente ¿Qué función cumpliría?
-La Defensoría del Paciente canalizaría todos aquellos conflictos que surjan entre el paciente y el sistema sanitario, ya sea público o privado, y la idea es que el Ministerio de Salud nomine a quien tenga la idoneidad para desarrollar esas tareas.
Así expresado suena bien ¿Concretamente qué conflictos resolvería ese organismo?
-Por ejemplo, lo que es común observar es que hay que esperar mucho tiempo para ser atendido por el servicio médico, principalmente en la salud pública. En los CAPS, los SAPS que son municipales y los hospitales de Corrientes cuesta mucho acceder a los turnos. Para conseguir turno hay que esperar tres meses, en ese periodo no se sabe la evolución que el paciente puede tener, es algo que no debería suceder. El otro problema es que los pacientes no conocen sus derechos, entonces no saben qué reclamar. La Defensoría del Paciente estaría para solucionar eso, para acompañar al paciente en su evolución, en el tratamiento de su enfermedad y en el conocimiento de la asistencia que puede recibir del sistema sanitario.
Eva Romero, candidata de LDS a diputada provincial, propone la Declaración de la Emergencia Alimentaria ¿Es una prioridad de LDS, piensa plantearlo también en el Senado?
-Sí, sin duda, según datos del IFAD aquí en nuestra ciudad casi el 80% de la población periférica, en los barrios humildes, tiene inseguridad alimentaria. Es decir que se encuentran limitados en su alimentación, los chicos no llegan a cubrir sus necesidades nutricionales, los adultos dejaron de cenar por falta de recursos, y muy pocas familias cubren las cuatro comidas básicas diarias. Así que es una situación que amerita la Declaración de la Emergencia Alimentaria en la provincia.
¿A quiénes estarían destinados estos proyectos?
-La propuesta de LDS es la opción de las clases populares, porque estos ciudadanos no tienen representación. Nosotros creemos que la política, como se vino gestando en estos últimos 30 años, no da soluciones a los sectores populares, y también creemos que hay una falsa grieta instalada en la sociedad argentina, porque son parte de lo mismo y no se dedican a solucionar los problemas reales de esa gente. Entonces, queremos ser las voces de esas personas en la Legislatura correntina, por lo menos para plantear sus necesidades. Y apuntamos a lo más urgente: la alimentación y la salud.
¿Y por fuera de la resolución de estas problemáticas esenciales, que otros proyectos tiene?
-Pensamos proponer la Declaración de una Emergencia Ambiental, por lo que ha vivido nuestra provincia en los últimos años. Tuvimos incendios, sequía y todas esas situaciones ambientales generan un deterioro tanto en la economía como en el desarrollo de nuestra provincia. Ahí se puede aportar mucho, regulando obviamente, tanto para los dueños de esos campos que se incendian, como para las personas que trabajan allí, promover la asistencia y un fondo común para mitigar esa catástrofe climática y ambiental.
¿Fondo común con recursos de quiénes?
-Del Estado Provincial, el Gobierno gestiona también a nivel nacional para conseguir esos recursos, y se podría plantear un fondo con inversiones de los propios dueños de esos campos. Eso se podría realizar muy bien con una legislación clara y precisa para que no se invadan beneficios de esos productores, y además el Gobierno debería tener en cuenta esa situación porque en cada incendio se pierde mucha biodiversidad que es fundamental para el equilibrio ecológico de nuestro ambiente.
¿Quedó alguna propuesta por desarrollar?
-Mirá, el desarrollo industrial es la aspiración máxima que tenemos como proyecto político, y nuestro objetivo es promover desde la Legislatura todas aquellas iniciativas que tengan que ver con el desarrollo económico y social de nuestra provincia. Desde LDS siempre acompañamos a los trabajadores, pero también a las Pymes, durante los años en que no pude seguir mi carrera, me inicié en la actividad privada, tuve comercio, tuve carnicería, tuve un emprendimiento de transporte, después trabajé en la construcción como contratista, he sido un pequeño empresario, conozco cuál es la realidad, tengo experiencia y me gustaría también aportar en ese ámbito.